INUNDACIONES EN PAKISTÁN
A partir del 29 de julio 2010 las fuertes lluvias monzónicas fueron provocando graves inundaciones y desprendimientos de tierra en el noreste de Pakistán afectando a una quinta parte del país.
Con el tiempo se ha ido viendo la magnitud del desastre, para Naciones Unidas es el mayor desastre ocurrido, los afectados son más de 20 millones de personas y los muertos localizados hasta la fecha son cerca dos mil, un drama enorme para una región pobre, dura y conflictiva del centro de Asia.
Pakistán está envuelta en una catástrofe que puede convertirse en la peor catástrofe natural hasta la fecha. Las lluvias del monzón siguen cayendo y ya han arrasado buena parte del país expulsando a su población a la desesperación puesto que la ayuda humanitaria apenas está llegando y prestando ayuda a una pequeña parte de la población.
Tras las inundaciones la calidad de vida de la población ha caído en picado y sigue disminuyendo de una manera terrible. El caos, la enfermedad y la desesperación han tomado Pakistán. La lentitud en la llegada de la ayuda humanitaria para hacer frente a las inundaciones ha dejado a 3,5 millones de niños en riesgo de contraer enfermedades mortales transmitidas por el agua contaminada y los insectos.
Los organismos de ayuda humanitaria temen por la salud y la vida de millones de personas dadas las pésimas condiciones de salubridad en las que viven los afectados. Sin agua potable, sin comida, sin medicamentos, sin refugio y sumergidos en agua contaminada.
La visita de Ban Ki-moon, secretario de la ONU, a las zonas afectada está dando un empuje a la Ayuda Humanitaria mundial dada su difusión y la magnitud de la catástrofe. Deseamos que otros líderes mundiales sigan su ejemplo.
SITUACIÓN DE EMERGENCIA
Los menores de cinco años son los que corren más riesgo, ya que su sistema inmunológico no está desarrollado por completo, a una pobreza cotidiana se ha sumado unas inundaciones que han suprimido el agua potable y los alimentos. Los problemas en las vías de transporte agravan o suprimen los suministros de todo tipo.
Todas las provincias de Pakistán están afectadas y las infraestructuras y las cosechas han sufrido grandes daños; gran parte del ganado ha muerto. Una quinta parte de los 804.000 kilómetros cuadrados de Pakistán han sido anegados por las lluvias monzónicas. Miles de aldeas han quedado completamente bajo el agua, convertidas en interminables lagos. El balance de víctimas es de unos 20 millones de personas afectadas, según cifras oficiales, y 1.600 muertos que podrían aumentar con las epidemias, que son "inevitables", según fuentes de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Solo hay devastación. La gente lo ha perdido todo y quiere regresar a sus casas, pero están destruidas.
LLAMAMIENTO A LA AYUDA HUMANITARIA
Un desastre de esta magnitud no está previsto ni hay organismo ni infraestructura preparada para afrontarlo por el momento, la ayuda está llegando de manera muy lenta y reducida. Es muy importante que todos los países, en especial los más desarrollados ayuden a Pakistán, si no habrá más pobreza, más hambre y más muerte.
El Banco Mundial se ha comprometido a dar 700 millones de euros. La financiación provendrá del fondo del Banco Mundial para los países más pobres, la Asociación Internacional de Desarrollo.
Las agencias internacionales aseguran que no ha habido suficientes donaciones. La ONU ha pedido 459 millones de dólares (360 millones de euros), pero hasta ahora solo ha recibido una cuarta parte.
La OMS está preparándose para tratar millón y medio de casos de diarrea y hasta 140.000 casos de cólera; hay hasta dos millones de personas enfermas de malaria y 350.000 infecciones respiratorias agudas. Unicef ha manifestado su preocupación por la falta de comida y por el posible debilitamiento y muerte de niños.
No deja de ser tristemente curioso que una economía mundial capaz de generar ayuda por más de 4 BILLONES de euros para superar una crisis financiera no sea capaz de generar ni la milésima parte para salvar vidas en una actuación desesperada de Ayuda Humanitaria.
"no a la militarización de la ayuda humanitaria"